Todo es
oscuridad a mi alrededor, salvo por una pequeña rendija en la
madera que deja pasar un haz de luz del exterior.
No
escucho ningún sonido. Apenas un rumor sordo producido por la
presión en mis oídos.Deslizo mi mano por la madera de pino sin pulir, que me ofrece sus asperezas como una promesa de dolor.
Una pequeña astilla se hunde en mi carne y hace que brote la sangre, tímidamente al principio y luego formando un reguero que corre por mi mano.
Esa misma sangre afluye a mis oídos y se derrama en un gorgoteo laso pero constante.
Sangran mis párpados y un vómito dulzón y cálido afluye a mi boca.
Mi nariz, mis poros, todo mi cuerpo rezuma el espeso fluido carmesí que poco a poco va anegando la caja.
Al principio chapoteo alegremente hundiendo mis pies en la charca; pero cuando el nivel de la sangre llega a mi cintura empiezo a alarmarme.
(
continuará...? )
4 comments:
No me extraña que se el "Red Monkey" se alarme... tanto si es fruto de sus somnolencias o de una realidad mágica paraalela...
PD. Esperemos que continue
"Alarma" tal vez no sea la palabra. Más bien un regusto entre acido y metálico y un cierto desasosiego.
Vaya, curioso este placer que experimentas al sumergirte en tus propios fluidos...
Cuando todo esta negro no miras la redija de luz, sino que disfrutas de tu posible autodestruccion.
Espero que continue..sera capaz de sorprenderme!!!
PD. Sigues echandome de menos...
Marga, no te creas todo lo que lees.
En realidad en la caja no había tanta sangre.
solo me llegaba hasta las rodillas.
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